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13 de abril de 2023La nueva era digital ha invadido la banca y los Neobancos son el resultado de la tecnología en un negocio tradicional.
Para todos aquellos que no estén familiarizados con el término, un neobanco es un tipo de institución financiera que opera exclusivamente en línea, por lo que la sucursal física cambia a tu teléfono o dispositivo con acceso a internet.
Estos suelen ofrecer una amplia gama de servicios financieros, como cuentas corrientes y de ahorro, préstamos, tarjetas de crédito, transferencias internacionales, entre otros, a través de una aplicación móvil o plataforma en línea.
Tener una cuenta bancaria y los servicios que instituciones financieras ofrecen, cada día es más accesible y rápido, ya ni siquiera se necesita ir a un banco, entrar a una sucursal y hacer fila para esto.
Desde el celular y con pocos datos ahora los llamados neobancos ofrecen la apertura de cuentas de depósito, ahorro, inversión, pago de servicios y en algunos existe hasta un seguro donde tú dinero estará protegido por 3.1 millones de pesos.
La tecnología ha obligado a las entidades financieras tradicionales a buscar opciones para llegar al público que algunas fintech, que operan como neobancos, alcanzan y que están enfocadas a las generaciones que nacieron en la era tecnológica, que buscan la inmediatez y sencillez.
Con una cuenta en un neobanco se pueden hacer también compras en cientos de supermercados y tiendas de conveniencia; pago de servicios, consulta de saldos y pago de facturas de servicios de los principales proveedores de luz, telefonía, Internet y cable, entre otros.
Las desventajas es que al ser totalmente digitales hay que tener más cuidado de los hackeos cibernéticos, o ciberfraudes y proteger de mejor forma tu teléfono e información almacenada en la web.
Otra cuestión es al ser 100% digitales no tienen infraestructura física y si se requiere retirar dinero de algunos cajeros automáticos, sino tiene convenio o pertenece a un grupo financiero, se deberá pagar comisión por esta transacción.
Con información de El Financiero y El Economista