Nuestro México y la urgencia de trabajar en nuestro tejido social.

Por Giovanna Sarahí

En un país donde asesinan a un promedio de 10 mujeres diariamente ¿Qué opinión tienen que en un mitin convocado por nuestro presidente se queme y golpeen una piñata con la cara de la primera mujer presidenta de la SCJN?

Querido lector y lectora acabamos de conmemorar el 8 de marzo día Internacional de la Mujer, y junto con esta conmemoración nos recordamos todo el camino que hemos atravesado para poder llegar a dónde estamos y al mismo tiempo reconocemos que podrían pasar hasta 286 años para que las mujeres tengan los mismos derechos y protecciones legales que los hombres, por lo tanto, nuestra lucha continúa…

A esta conmemoración se unen grandes  empresas, movimientos ciudadanos, gobierno, y hasta podemos observar que los varones aliados se manifiestan a favor de esta igualdad, y justo ese día pasó un momento histórico que al menos para mi me puso la piel chinita, el pasado 02 de enero del año en curso la Ministra Norma Piña es elegida como Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, hecho histórico para nuestro país ya que es la primera mujer en presidir el máximo tribunal de México, justo el 08 de marzo por todos los noticieros y redes sociales vemos como la Presidenta Ministra es aplaudida por cientos de mujeres que trabajan en el Tribunal por más 3 minutos, imágenes que serán recordadas por miles de mujeres y niñas ya que se comienza a sanar esa inmensa deuda de justicia e historia para nosotras, PERO, si como siempre debe de existir un PERO ¿Qué pasa cuando vivimos en un México tan polarizado?  ¿En un México tan desigual? ¿En un México tan machista que debe de trabajar en su tejido social de manera URGENTE? Ojo: machismo ejercido tanto por hombres como por mujeres.

Aquí va la historia del reflejo de nuestra sociedad y la importancia de trabajar en el tejido social:

Todos y todas nos enteremos del mitin convocado por el presidente Andrés Manuel el pasado 18 de marzo para conmemorar el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera.

Escuchamos algunas  declaraciones de nuestro Presidente como que “en el 2024 no vamos a comprar petrolíferos al extranjeros” pero la declaración más importante hecha por el pueblo mexicano fue la quema y golpes a una piñata con el rostro de la primera mujer Ministra Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, un grupo de personas destrozaban la piñata mientras gritaban “fuego, fuego” “Fuera Piña, fuera Piña” y “Es un honor estar con Obrador” todo esto lo pueden ver con sus lindos ojitos ya que gracias a esta era tecnológica todo o la mayoría de nuestros actos y palabras quedan grabadas y en la red.

Querida lectora y lector, en un país feminicida como lo es México, donde se estima son asesinadas al menos 10 mujeres diariamente, donde 9 de las 10 ciudades más violentas del mundo se encuentran en nuestro México y todas estas asediadas por el narco, no podemos permitirnos estos actos de violencia feminicida simbólica (Esta violencia, es la que ocurre cuando se transmiten patrones de comportamiento y actitudes que justifican un trato desigual, promoviendo la cosificación de las mujeres —que conduce a la violencia sexual— y reforzando los roles de género y estereotipos de sumisión y dominación, que con frecuencia otorgan una posición de superioridad, control y poder a los hombres).

Y si, aunque el presidente Andrés Manuel en su mañanera del pasado 20 de marzo condenó y reprobó dichos actos, él mismo ha ejercido esta violencia contra la ministra en reiteradas ocasiones y con esto ha incitado no solo a un discurso de odio, también vemos esta clase de actos barbaries que en cualquier momento se podrían salir de control.

Querido lector y lectora ¿cuál es su opinión al respecto? ¿Creen que se está exagerando el acto de la quema y golpes a la piñata con la cara y vestimenta de la ministra?

Para mí lo que me parece urgente es dejar de polarizar y comenzar a sanar nuestro tejido social, no es posible que los “ciudadanos” sigamos sin tener conciencia de lo que transmitimos con nuestros actos, palabras, omisiones y lo que pueden desencadenar con nuestro ya muy des quebrajado tejido social.