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Julián Álvarez, jugador profesional convocado por la Selección Argentina, tenía el sueño de jugar al lado de su ídolo, Lionel Messi, por lo que el festejo durante la semifinal del mundial de Qatar 2022 debió ser la consagración del mismo.
Cuando Julián tenía 6 años, Messi ya debutaba en los mundiales, en Alemania 2006. Pasaron cinco copas del mundo y Julián por fin comparte plantel, charlas y goles con el astro del futbol más grande de toda Argentina.
La diferencia, señalan los expertos, entre Julián y aquellos compañeros que idolatran a Messi es su fortaleza mental y que el jugador simpre ve por el equipo y no por su bien personal.
Corre, marca, pelea cada pelota, presiona y hace goles, y nunca decrece la intensidad, no lo obnubila la idolatría evidente.
En el segundo gol argentino de ayer, Julián inició la jugada en el vértice del área chica propia, Argentina defendía un córner; sin embargo, Croacia decidió jugar corto y Julián salió disparado a tapar el centro, con su cuerpo logró atenuar la violencia del tiro y desviar el centro, que tras el rebote cayó en un defensor argentino. A partir de ese momento salió despedido con la esperanza de encontrarse en algún momento de la carrera con la pelota.Lo consiguió después de un toque de Messi.
Julián sabe que la mejor manera de demostrar su admiración es hacer bien su trabajo, pasar la pelota cuando es la mejor opción, perseguir marcadores centrales y hacer trayectorias de setenta metros.
Con información de Infobae
Foto: Julián Álvarez
